Wikipedia, Rebelión y la defensa de la traducción

María Enguix y el colectivo de traductores de Rebelión
Rebelión

El 28 de mayo de 2008, algunos de los “bibliotecarios” de Wikipedia decidieron filtrar como spam la página de Rebelión y excluirla, por tanto, como referencia autorizada por considerarla “fuente no neutral ni verificable”(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69058). Este hecho desató una fuerte polémica, dentro y fuera de wikipedia, de la que se hicieron eco diversas páginas web y periódicos (Público, Gara, etc)., pero que no afectó a la decisión: ocho meses después Rebelión sigue bloqueada como “fuente”, de manera -por ejemplo- que las entradas correspondientes a Carlos Fernández Liria y Santiago Alba Rico incluyen referencias y links de otros medios, pero no de Rebelión, donde han publicado gran parte de sus artículos originales. Incluso en la página de wikipedia dedicada al periódico se incluye entre las citas un artículo original de Rebelión que, al no poderse enlazar a este medio, han debido hacerlo a otra fuente secundaria [El País.es y Rebelión.org frente a frente, por Pascual Serrano, 23 de junio de 2005, Altercom (Enlace roto. Disponible en Internet Archive el historial y la última versión)].


Leo con asombro las razones que el usuario Drini esgrime para no utilizar artículos de Rebelión como referencia en Wikipedia. La primera de ellas es que «Rebelión no es la fuente original» porque «integra contenidos publicados en muchos periódicos». Para empezar, ¿cuántos periódicos no beben de otras fuentes escritas en otras lenguas? El 90% de las veces que leemos una noticia en El País o Libertad Digital, por aludir a los diarios citados, estamos leyendo una traducción. Prácticamente todos los periódicos de este país, y me atrevería a decir del mundo occidental, beben de las mismas fuentes; a saber, las noticias que difunden la agencias de prensa, los principales proveedores de contenidos informativos, que suelen reducirse a la Agencia EFE, Reuters, Europa Press y pocas más, escritas generalmente en inglés. Así, si aplicáramos a rajatabla el criterio de Drini, Wikipedia tampoco podría utilizar noticias ni artículos de otros periódicos cuando fueran traducciones. ¿Cómo saber si lo son? Que uno no espere descubrir la firma del traductor debajo del artículo en cuestión, hay que conformarse con mirar si junto al título del artículo firma Reuters, otra agencia, o nada. Por el contrario, Rebelión, ese medio tan censurado en Wikipedia, siempre cita a sus traductores y la fuente. Además, cuando el usuario Drini afirma que Rebelión «es un agregado de entradas publicadas en otros sitios», no está diciendo la verdad, porque omite que este periódico (porque es un periódico, por mucho que quiera negarlo) publica artículos inéditos y es un punto de referencia de mucho lectores, precisamente porque encuentran en él información difícil o imposible de encontrar en la prensa tradicional.

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Pero lo que más me interesa de la crítica de Drini, y la razón que me ha movido a replicarle, es esa tremenda confusión sobre lo que es una fuente primaria. Pido disculpas a los lectores de Wikipedia si las siguientes explicaciones les parecen muy obvias. Lo primero que debería saber en calidad de «bibliotecario», «moderador», «creador de contenidos» o lo que sea Drini dentro de Wikipedia, y puesto que parece que se adentra sin complejos en la disciplina de la traducción, es que la traducción se considera tan fuente primaria como el original y que la fuente secundaria es la que bebe de la primera. Es decir, que si yo quiero publicar un libro o un estudio exhaustivo en castellano, por ejemplo, sobre la obra de X poeta extranjero y consulto las traducciones de su obra, en mi bibliografía citaré como fuentes primarias su obra en lengua original y las traducciones consultadas, y como fuentes secundarias los libros que se hayan escrito partiendo de estas obras (Ej: Estudio sobre la poesía de fulanito, etc.).

Por si fuera poco, parece obviar también que Wikipedia debe su razón de ser a la traducción. Cuando afirma que «en una traducción existe una carga subjetiva (y ya no podemos afirmar que X dijo Y, sino que se interpreta que X dijo Y)», está echando por tierra todas las traducciones, ya se consideren excelentes, regulares o malas, incluidos los propios artículos de Wikipedia a todas las lenguas. De modo que Wikipedia quedaría vacía, sin contenidos, o tendría que editarse en una sola lengua.

Para colmo, juzga traducciones sin atenerse a ningún criterio riguroso, como pone en evidencia el resultado. Sus argumentos sí que son subjetivos, intenta desprestigiar el acto de traducir en sí y su aproximación es tan estéril que nos devuelve a la época de las cavernas en traductología. ¿No sabe que hace muchos años que pasó de moda, por nociva para la práctica y la teoría de la traducción, eso de criticar traducciones prescribiendo? ¿No sabe que lo científico y riguroso es ser descriptivo? ¿O quizá, y eso me temo, no sabe ni de lo que estoy hablando? ¿Conoce a Berman y su estudio sobre la crítica de traducciones? ¿Conoce a Gideon Toury? ¿Conoce a Hatim & Mason? ¿Ha leído Después de Babel de George Steiner? ¿A Newmark, Nida, Rosa Rabadán, Amparo Hurtado Albir y tantos otros?

No estaría de más que le echase un vistazo a alguno de estos autores antes de seguir con esta discusión. A continuación, cuatro libritos y un artículo fundamentales. No tengo inconveniente en enviarle una bibliografía detallada. No quisiera abusar más de los lectores ni del espacio cedido para estos comentarios.

Berman, Antoine, Pour une critique des traductions: John Donne, París, Gallimard, 1995.

Hatim, Basil e Ian Mason, Discourse and the Translator, Londres, Longman, 1990 [Teoría de la traducción: una aproximación al discurso, trad. Salvador Peña, Barcelona, Ariel, 1995].

Lefevère, A., Translating, Rewriting and the Manipulation of Literary Frame, Londres, Routledge, 1992 [Traducción, reescritura y la manipulación del canon literario, trad. de R. Álvarez y M. C. A. Vidal Claramente, Salamanca, Colegio de España, 1997].

Peña, Salvador, «El traductor en su jaula. Hacia una pauta de análisis de traducciones», en Morillas, Esther y Arias, Juan Pablo (eds.), El papel del traductor, Salamanca: Colegio de España, 1997.

Toury, Gideon, Descriptive Translation Studies and Beyond, Ámsterdam, John Benjamins, 1995. [Los estudios descriptivos de traducción y más allá: metodología de la investigación en estudios de traducción, trad. R. Rabadán y R. Merino, Madrid, Cátedra, 2004.]

Me gustaría añadir un par de cosas. En el «ejemplo» del punto «Antecedentes», el usuario Drini afirma: «Ahora, supongamos que queremos usar el ensayo de John Berger en un artículo. Digamos, para ilustrar el punto de vista de John Berger. Lo correcto es enlazar el artículo original del Irish Times (porque ahí se transcribe exactamente lo que John Berger dijo). Si además se quiere presentar una traducción, se plantean dos opciones: ¿Enlazar a Jornada o a Rebelión? En este caso lo apropiado es enlazar al artículo de La Jornada.»

¿Lo correcto, lo apropiado? Citaríamos el artículo original del Irish Times si hemos utilizado esa fuente, si hemos leído directamente del inglés, no porque «ahí se transcriba exactamente lo que dijo». Y si no supiéramos inglés y hubiésemos consultado la traducción castellana, no veo ninguna razón para no citar a Rebelión como fuente, puesto que reproduce la traducción íntegra, tiene el permiso del diario La Jornada y cita ambas fuentes.

Ante el enunciado «análisis de casos», uno espera encontrar algo más serio que la sarta de tonterías escritas hasta ahora, algún criterio razonado de traducción, cierto análisis de rigor. Pero no, esto es lo que hay: «En general, se desaconseja usar traducciones como referencias en temas controversiales (política, religión, sexualidad, etc.)». ¿Quién lo desaconseja? ¿Y con qué criterio? ¿Ha formado Wikipedia un Consejo de sabios y los lectores no nos hemos enterado? ¿Qué profesionales duchos en la materia lo integran? Nombres, por favor.

El «análisis de diferencias» que hace a continuación es penoso. Aparte de su conocimiento deficiente de la lengua inglesa y de su ignorancia absoluta del proceso traslativo, hablan por sí solas las frases del tipo: «¿es posible que sepamos realmente lo que está en la cabeza de los escritores?», «el problema de una traducción como referencia, es que en la elección de palabras, el traductor puede (usualmente de forma inconsciente) modificar el contenido o el mensaje que la fuente original transmite, y si en el artículo queremos afirmar que se dijo algo señalando a una traducción, entonces estaríamos afirmando algo contrario a lo que se dice».

Pero el colmo de la ignorancia queda reflejado en la siguiente afirmación:

«Ésta es en el fondo la razón por la que es mejor no presentar traducciones sino usar la referencia original: las traducciones no suelen reflejar fielmente la palabra o el mensaje original. Y no es una acusación de mala fe o de intencionalidad, es un hecho que sucede (por ello las traducciones tienen un copyright independiente al de una obra original, porque una traducción implica un acto creativo en cierta forma, en la selección de las palabras, del arreglo de las cláusulas, etc).»

Que las traducciones tengan copyright tiene que ver con los derechos de traducción y con las regalías que cobra un traductor por su obra. La traducción no «implica un acto creativo en cierta forma», la traducción es un acto creativo y el traductor es autor. No lo digo yo, lo dice la Ley de Propiedad Intelectual. Pero esto nada tiene que ver con la supuesta fidelidad o no de una traducción a su texto original. Tiene que ver con la situación económica del traductor y con muchos otros factores que le afectan, como es su visibilidad y su prestigio como profesional; profesional que tanto se empeña en desprestigiar falazmente el usuario Drini.

Yo imagino al usuario Drini como una enciclopedia andante, conocedor absoluto de todas las lenguas del planeta, la viva personificación de la Torre de Babel. O por el contrario me lo imagino atrapado en su lengua, desconocedor absoluto de la filosofía china o de la literatura rusa, de los grandes clásicos griegos y árabes, de cómo es la vida en la India o en Madagascar. Porque no podrá fiarse jamás de ninguna información que le hayan «interpretado» de otra lengua. Ojo, cuando vaya al supermercado, que se asegure de que lo que compra es un producto nacional, no sea que la etiqueta esté mal traducida y le den gato por liebre.

María Enguix y 28 traductores más.

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