A 74 años del asesinato de Sandino, el general de hombres libres


El 21 de Febrero de 1934 Anastasio Somoza García-el auto-nombrado General que iba a pasar a la historia como el fundador de la dinastía más oprobiosa de América, mandó a asesinar al Gral. Augusto C. Sandino y mandó las tropas de la GN a elliminar cualquier vestigio de sandinismo que encontraran. Hizo desaparecer el cadáver de Sandino. Asesinó a sus seguidores. Firmó un libro que escribió por encargo un Teniente Mendieta titulado: El Verdadero Sandino o El Calvario de las Segovias, en donde se denigraba al General asesinado; y condenó al silencio-por los próximos 20 años-el nombre de Sandino.

Durante su gestión dictatorial, el Gral. Somoza se hizo erigir una estatua ecuestre enfrente al estadio que llevaba su nombre. 27 años después del atroz y cobarde asesinato, un jóven estudiante universitario, Carlos Fonseca Amador, rescató el nombre de Sandino y formó una organización política-militar con la finalidad de derrotar al somocismo: el FSLN. 18 años más tarde el FSLN derrotó al tercer Somoza y acabó para siempre con la dinastía asesina.

Si la historia pudiera verse como un texto se podría observar que los hijos de Sandino derrotaron a los hijos del asesino. La estatua ecuestre fué derribada por el pueblo enardecido. Hoy, en el mismo lugar que fué centro de la dinastía: la loma de Tiscapa-pedazos del caballo yacen a los pies de la estatua-sombra gigantesca del Gral. Sandino-héroe y mártir nicaragüense y víctima de un asesino implacable.

El somocismo está destruido a pesar de los intentos neoliberales de traer un somocismo sin Somoza. El Somocismo como práctica, como discurso, como símbolo de terror y muerte ya no existe.

El pueblo organizado derrotó a la tiranía; y la sombra de Sandino se levanta en Nicaragua como un símbolo-una señal-un faro-una brújula-un norte de lucha en contra de la injusticia, la opresión, la tiranía, y los cantos de sirena de los neo-somocistas-que no saben de la marcha indetenible de la historia que no acepta más Somozas y que admira al Gral. asesinado en su afán victorioso de darnos una patria libre para vivir en ella con orgullo y dignidad.

Esa es la lección de nuestra historia patria. El tirano asesino preparó su propia destrucción cometiendo la ignominia que enluteció al continente. El tirano y sus cachorros están en el basurero de la historia, mientras Sandino y sus cachorros son el orgullo de la patria.




Comentarios