Triunfo histórico del Sinn Féin en el Norte de Irlanda

Chesús Yuste Cabello
Innisfree 1916
Por primera vez en la historia unas elecciones en el Norte de Irlanda han sido ganadas por un candidato nacionalista o republicano. Ha sido la europarlamentaria del Sinn Féin, Bairbre de Brún, la que ha hecho historia al ser la candidata más votada (con 126.184 votos, el 26%) y ser reelegida en el primer recuento al superar ampliamente la cuota. Este hecho se ha producido gracias a la división del voto unionista, tradicionalmente hegemónico en esta región: el hasta ahora eurodiputado del gobernante DUP, Jim Allister, rompió con su partido en desacuerdo por la decisión de gobernar en Stormont con el Sinn Féin y ha concurrido en estos comicios bajo las siglas de TUV (Voz Tradicional Unionista).

Tras la triunfante de Brún, el segundo lugar lo ha ocupado la candidata del DUP Diane Dodds con 88.346 votos de primera preferencia (un 18,2%, ¡casi 14 puntos menos que en 2004!), por delante de Jim Nicholson, candidato de la nueva coalición formada por el unionista moderado UUP y el Partido Conservador (UCUNF), con 82.893 votos (un 17,1%, medio punto más que en las anteriores elecciones), y del nacionalista moderado Alban Maginness (SDLP), con 78.489 (un 16,2%, tres décimas más). El ultraunionista Jim Allister (TUV) le ha arrancado 66.197 votos (un 13,7%) a su antiguo partido, dejándole con profundas heridas (electorales, eso sí).

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Tras la eliminación de Allister, en el tercer recuento, Nicholson (UUP) y Dodds (DUP) alcanzaron los dos escaños restantes, evitando que se diera otro acontecimiento histórico: que un territorio mayoritariamente protestante/unionista llegara a enviar a Bruselas dos eurodiputados católicos/nacionalistas de un total de tres. Maginness (SDLP) se ha quedado en puertas y no ha podido aprovechar en su favor la división unionista en tres listas.

Se ha producido una abstención de récord (un 57,2%, nueve puntos más que en 2004), especialmente acentuada en los barrios unionistas. Tanto la mayor abstención como el buen resultado de la escisión unionista podrían reflejar un cierto descontento en esa comunidad con respecto a las instituciones de autogobierno y el desarrollo del proceso de paz. Obviamente el varapalo electoral del DUP puede conllevar consecuencias en el gobierno de Stormont. Ojalá no sea así, pero podríamos encontrarnos ante una nueva excusa para paralizar el proceso y colapsar el funcionamiento de las instituciones norirlandesas.

Desde el otro lado, podemos hacer una lectura de los resultados bien distinta, y es que el Sinn Féin de Gerry Adams no ha sufrido desgaste en las urnas a pesar de las críticas cada vez más duras de los republicanos disidentes, descontentos con el papel del SF en el proceso de paz. A lo largo de los últimos meses no han cesado los ataques contra sedes del SF y contra algunos de sus dirigentes. El más reciente se produjo durante la misma jornada electoral, cuando, de madrugada, disidentes republicanos atacaron con bombas incendiarias la casa del Ministro de Desarrollo del gobierno de Irlanda del Norte, Conor Murphy, del Sinn Féin, en Camlough (Co. Armagh). Murphy se encontraba en su domicilio con su mujer y sus dos hijos cuando se produjo el ataque, pero pudieron ser evacuados sin sufrir daños personales.

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