Dieterich: “El avance de la derecha en América Latina fue por decisión de Obama”

Heinz Dieterich, sociólogo alemán radicado en México y asesor de Chávez en su proyecto bolivariano, es considerado uno de los ideólogos de izquierda más importantes de la región. El intelectual analiza para LND el avance de la derecha en América Latina, la importancia de las elecciones de Brasil y llama a Chávez a enmendar el rumbo si quiere mantener el poder.

Pamela Gutiérrez
La Nación

Heinz Dieterich es uno de los pocos intelectuales que tienen comunicación directa con Hugo Chávez y fue quien acuñó el término Socialismo del Siglo XXI, que describe el proceso bolivariano. El sociólogo, profesor de la Universidad Autónoma de México, entrega su análisis sobre el rumbo de Latinoamérica, la fuerte injerencia de Estados Unidos y le reprocha a José Miguel Insulza no haber resistido las presiones de las potencias en torno a Honduras, y a Michelle Bachelet no haber sido más fuerte para diferenciarse de la derecha.

-¿Hacia dónde va América Latina, considerando los cambios de gobiernos que se realizaron el año pasado y en países donde las elecciones están próximas?

-Habrá un debilitamiento de la centroizquierda en Argentina, con el gobierno de Cristina Kirchner. Me imagino que la candidata brasileña Dilma Rousseff, con el apoyo de Lula, va a ganar las elecciones. En Venezuela, la situación es difícil de prever. Es posible que el partido de gobierno gane las elecciones parlamentarias y municipales de septiembre, pero calculo que la oposición podría ganar el 38% ó 43% en el Parlamento, lo que sería un dato importante para el futuro en Venezuela. En Costa Rica, seguirá el mismo proyecto que inició el Premio Nobel de la Paz Óscar Arias, y en Colombia, creo que independientemente de si Uribe va ser otra vez el candidato o si Santos va en vez de él, la situación no tendrá cambios.

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-¿Hay un debilitamiento de la centroizquierda en general en América Latina o sólo en algunos lugares?

-Ha habido avances en la consolidación del proyecto de Evo en Bolivia, del Frente Amplio en Uruguay, pero quizás el punto neurálgico no sean ni Uruguay, ni Bolivia, ni Ecuador, sino Venezuela. A mi juicio, la política en el espacio andino, sobre todo, se decide por lo que va a pasar en Venezuela y veo con preocupación que la política del gobierno no asegura que tenga esos márgenes de aprobación que tienen Evo, Lula e incluso Correa.

-Usted es un asesor de Chávez. ¿Le ha advertido de esta situación?

-Le he hecho llegar esta interpretación en forma pública, a través de los medios de Venezuela, y seguro que está informado de lo que yo pienso. El gran problema es que el Presidente no modifica el rumbo del modelo de gobierno que le fue útil desde el 2003 hasta parte del 2008. Pero ahora es disfuncional y tendría que readecuarlo, pero no se ve la disposición de hacerlo y esto es muy preocupante.

-Chile giró a la derecha, al igual que Panamá. Posiblemente en Colombia esta corriente siga en el poder a través de Santos. ¿Usted ve en estos países algún liderazgo de la derecha en especial?

-Sí, hay un liderazgo claro, pero que viene de Washington, porque el gran hegemón de la oligarquía latinoamericana y de los neoliberales sigue siendo EEUU y, en segundo lugar, algunos europeos como Aznar y su tropa. El avance de la derecha fue dado por decisión del gobierno de Obama que optó por reimplementar la doctrina Monroe, de no ceder más espacio, sino de obligar a Chávez a aceptar las condiciones de la potencia imperial o sufrir las consecuencias. En el fondo, fue lo que hicieron con Allende en 1970: o aceptas que yo mando o te tienes que ir por la vía que sea. Ésa es la situación actual, porque Obama ha retomado esa línea de actuación en América Latina y ése es el hilo rojo en el avance de la derecha. El golpe militar en Honduras es un ejemplo muy claro.

-En el caso de Venezuela, ¿no se debería, además, a que Chávez no ha podido lidiar con problemas internos, como la escasez energética?

-Los problemas que están creciendo se deben, en parte, a una política deliberada de Washington en alianza con la oligarquía pero, por otra parte, se debe a errores endógenos del gobierno. Vemos que en esos procesos, los ciudadanos premian a los buenos administradores, como fue el caso de Tabaré Vásquez en Uruguay, de Evo en Bolivia, que llegaron con márgenes no tan amplios (de apoyo), pero que a través de tres o cuatro años ganaron la confianza de la gente, porque mostraron que eran eficientes y honestos. Lula es el mismo caso, quizás el más espectacular. Pero a diferencia de Boliva, Brasil y Ecuador, Chávez no logró abrirse paso en el bloque electoral de la derecha, que siempre ha tenido una votación del orden del 37% al 40%. Entonces, cuando se tiene esa cantidad de electores en contra y aparecen problemas coyunturales como la energía, el agua, entonces, es una situación bastante inestable y frágil.

-En el caso de Honduras, ¿cree que, en el corto plazo, va a poder vencer el aislamiento, dado que la OEA lo tiene todavía vetado y que tampoco fue invitado a la Cumbre de Río?

-Creo que sí, porque ya las principales potencias como España y Estados Unidos le dieron el visto bueno y, por supuesto, se va a necesitar un tiempo de parte de la derecha para lograr que Brasil acepte el nuevo statu quo. Y tendrán que vencer la resistencia de Nicaragua y Venezuela, pero todo está correlacionado. Si se debilita más el Presidente Chávez, entonces, la rehabilitación o la legitimación del golpe y de Lobo va a ser mucho más rápida. Estoy seguro de que en un año vamos a ver que todos los gobiernos latinoamericanos habrán aceptado el nuevo statu quo, implantado por la bota militar de Washington.

-Al margen de que hubo elecciones en Honduras, ¿para usted el gobierno fue elegido democráticamente?

-No, no lo es, porque es lo que hizo Mussolini en Italia, es decir, dar un golpe militar y luego, bajo condiciones controladas, permitir “elecciones”, pero no había condiciones de libertad. En Honduras había represión y no hubo una fórmula que incluyera a los partidarios del Presidente Zelaya, entonces, para mí son elecciones que no son válidas. Ni hablar de la represión que hubo bajo Micheletti y los asesinatos. No es legítimo ese gobierno, a mi juicio.

-¿Cómo evalúa usted el rol de la OEA bajo la conducción de José Miguel Insulza, justamente por los conflictos que ha tenido con Venezuela, Honduras, y considerando que, además, Insulza se quiere reelegir este año?

-La OEA ha tenido un curso zigzagueante e Insulza, independientemente de lo que él personalmente pensara, ha tenido que aceptar la correlación de fuerzas. En cuanto a Honduras, él había tenido una posición bastante aceptable, hasta que la presión de Canadá, Washington y otros países fue tan grande que, obviamente, él se doblegó. Si se le pudiera criticar algo a Insulza, es que en el momento que las potencias lo empezaron a empujar hacia la aceptación de ese gobierno golpista, no haya renunciado. El hecho más importante es que los pueblos de América Latina tienen claro que éste es un gobierno golpista disfrazado.

-¿Insulza tiene una chance de ser reelegido este año como secretario general?

-Pienso que sí. Él tendrá el apoyo de EEUU, porque su actuación ha sido reflejo de la correlación entre las nuevas fuerzas latinoamericanistas encabezadas por Hugo Chávez y las viejas fuerzas Monroístas e imperiales. Washington ha tenido que aceptar algunas cosas que no le gustaban, pero en la medida que hay una recuperación de la fuerza a nivel subcontinental en favor de Washington, con Micheletti, con Chile, etc, obviamente la línea de la OEA se va a inclinar más hacia la derecha. Si Argentina cae, por supuesto va a ser peor. De tal manera que un funcionario de la OEA o en el Banco Mundial va a hacer siempre lo que hacen las partes más poderosas de la organización y, como podríamos ver una recuperación más fuerte de la derecha de América Latina, tendríamos una línea más de derecha de la OEA.

-En el caso de Brasil, si gana Rousseff, habría una continuidad en las políticas de Lula. ¿No le ve posibilidades a Serra de ganar?

-No creo que gane Serra, porque generalmente la gente prefiere quedarse con un proyecto político que ha mostrado ser sólido y defender sus intereses, y ésa es la impresión que tiene la clase media y, por supuesto, gran parte de la elite brasileña. Creo que la gente va a votar por el continuismo, porque Serra estaría más en la tradición de Fernando Cardoso, al que no le fue bien. Lula ha sido un éxito en todos los aspectos, porque se ha atrevido a realizar un proyecto de futura potencia mundial, y estoy seguro de que le van a dar un bono de confianza a la candidata y que ella va a ganar. No es seguro, pero creo que es lo más probable.

-A nivel latinoamericano, ¿qué tan importante es para la región que la política de Lula siga en el poder?

-Es de extrema importancia, porque Brasil puede inclinar la balanza del poder en la región. En América Latina, nada se mueve si Brasil no está de acuerdo. Por ejemplo, el consejo de defensa sudamericano, ese tema lo hablé con el Presidente Hugo Chávez el 2002 ó 2003 y coincidimos en que era muy necesario integrarse no sólo económicamente, sino militar y culturalmente. El proyecto no avanzó, hasta que Brasil dijo sí, vamos a hacer el consejo de defensa del sur y todos estaban de acuerdo, hasta Colombia y Chile aceptaron. ¿Por qué? Porque Brasil es el que decide las cosas, porque tiene el poder económico y la autoridad moral. Hay tres elecciones clave en América Latina: Brasil, Argentina y Venezuela.

-¿Cómo tomó usted el triunfo de Sebastián Piñera, dado que Chile fue gobernado durante 20 años por una coalición de centroizquierda?

-Fue una gran decepción, porque me parecía escandaloso que una persona que decía abiertamente que iba a invitar gente que había colaborado con la dictadura pudiera ser Presidente. Un factor, sin duda, es que se dividieron las fuerzas de la izquierda, pero en Chile ha habido mucho continuismo. Por ejemplo, la Constitución tiene muchos aspectos del Pinochetismo y creo que Michelle Bachelet, al no enfrentarse decididamente a esa herencia y hacer una ruptura más clara con el gorilismo, se acercó tanto a la posición de la centroderecha, que al final la gente se preguntó ¿cuál es la diferencia?, da lo mismo. Entonces, votaron por Piñera.

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